Dar libremente de nosotros mismos y lo que obtenemos al hacerlo

Cuando nos sentimos abrumados por los problemas de la vida, es posible que deseemos que el mundo nos dé algo mejor. Pero cuando hacemos lo contrario, cuando damos más de nosotros mismos o nos centramos en las cualidades otorgadas por Dios que ya tenemos para expresar o aportar, descubrimos que en definitiva no nos falta nada. En realidad, obtenemos el bien inesperado de la alegría, la salud y la fuerza que promueven el progreso de nuestras vidas y del mundo.